miércoles, 29 de enero de 2014

Tóxico.

He estado pensando mucho últimamente. No sabía cómo empezar a escribir, no se me da bien empezar a relatar algo, pero, como me dijo una amiga, una vez que empiezas todo fluye.

Cuando estás solo te da por pensar en las cosas que te han pasado, lo que has hecho mal, los errores que has cometido; pero sobretodo, piensas en aquellas personas, en las que te importan y por nada del mundo querrías perder, y en otras que ya salieron hace tiempo de tu vida, a las que te aferraste y te dejaron un vacío enorme cuando se fueron, un vacío que jamás desaparece. 
En los momentos difíciles te das cuenta de quién está a tu lado y quién no lo está, te das cuenta de quién merece la pena y quién es realmente tu amigo. 
Mi opinión ha sido y es la misma, amamos a quien no nos ve como algo más que un amigo, alguien con quien pasar un rato agradable conversando; ignoramos la posibilidad de que probablemente haya una persona que nos ame a nosotros, de que esté ahí y no nos demos cuenta. 
Es curioso cómo podemos llegar a depender de alguien, y cómo nos perjudica en todos los aspectos. Que por el simple hecho de contestarte tarde baje tu estado de ánimo, o que te hable y te de un subidón de adrenalina. 
Aceptamos lo que creemos merecer, pero, ¿qué es lo que realmente merecemos? cuando conocemos a alguien, los primeros días son maravillosos, hablas con esa persona y las horas te parecen minutos, sonríes sin saber por qué, te hace sentir bien, pero sin saber cómo de repente esos días no significan nada, lo que creías que sería tu salvavidas, resulta ser el ancla que te hunde más y más, lentamente e involuntariamente. 







En ocasiones nada duele más que la ausencia. Sin embargo tú estás ahí esperando a que llegue, a que te hable, que te diga algo, lo que sea, da igual. A veces sólo me gustaría desaparecer completamente, no saber nada de nada ni de nadie, simplemente desaparecer del mundo por un rato, no existir, no preocuparme por mis problemas. Me gustaría no pararme a pensar tanto, tener un interruptor para apagar mis sentimientos, no sentir nada. El amor es complicado, es realmente complejo y complicado. Enamorarse puede ser lo mejor, o lo peor si no es correspondido. Lo jodido es cuando crees que la otra persona siente lo mismo por ti cuando no es así, y pasas de estar en las nubes a caer en picado y darte el mayor golpe de tu vida. Por muchas veces que diga que las cosas van a cambiar, que yo voy a cambiar, que voy a empezar a pensar en mí antes que en nadie, sé que al final, volveré al punto de partida, preguntándome de nuevo qué he hecho mal, y por qué me siento como me siento. Es realmente triste vivir la misma situación una y otra vez, es muy triste. Triste a la vez que frustrante. Sólo me queda escribir, desahogarme, e intentar olvidar, y como siempre, cómo no, volver a ilusionarme con las personas y seguir dándoles oportunidades para que prueben que merecen estar en mi vida para luego llevarme un palo. Todo esto es tóxico, y espero encontrar un antídoto, y pronto.