viernes, 6 de febrero de 2015

Ya va siendo hora.

Lo cierto es que echo mucho de menos a personas que me hicieron mucho daño, 
he pensado muchas veces en mandarles un mensaje preguntándoles... no sé, 
cómo les va la vida (sin mí), si están bien o mal, qué han estado haciendo todo este tiempo en general. 
Yo creo que cuando cortamos lazos totalmente con una persona, si verdaderamente ha sido importante, jamás dejamos de echarla de menos. 
Pero echamos de menos a la persona que conocíamos, a la que se ganó un lugar en este frío corazón y consiguió un pequeño hueco que se hace más grande a medida que la gente especial sale de él. 
Siempre me abstengo a crear un nuevo mensaje, ya no sólo por el daño que me causaron queriendo o sin querer, sino por mí y por mi orgullo, y menos mal. 

Antes solía pasar la mayoría de mi tiempo echando de menos; dicen que el primer paso para olvidar es ese, pero como ya he dicho, una vez que esa persona nos cala, siempre permanece en nosotros, se convierte en una pequeña parte ya sea para bien o para mal. 
¿Y sabéis qué? Está bien. 
Prefiero echar de menos a alguien que estar enganchado, es un dolor bonito. 
Que sí, que es probable que de vez en cuando pase por mi cabeza esa ocurrencia y curiosidad de saber, pero como siempre me retendré, porque el más ignorante y el que menos se entera de todo, es el más feliz, y yo creo que ya va siendo hora de serlo de verdad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario